miércoles, 28 de agosto de 2013

La particula cósmica

Intenté escribir algo para prologar estos versos,
pero me pareció demasiado irreverente...

 
Tiempo del Hombre
La partícula cósmica que navega en mi sangre
Es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mí tras un largo camino de milenios
Cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.
 
Luego fui la madera. raíz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Después fui caracol quién sabe dónde.
Y los mares me dieron su primera palabra.
 
Después la forma humana desplegó sobre el mundo
La universal bandera del músculo y la lágrima.
Y creció la blasfemia sobre la vieja tierra.
Y el azafrán, y el tilo, la copla y la plegaria.
 
Entonces vine a américa para nacer en hombre.
Y en mí junté la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna,
Otro me dijo historias en su flauta de caña.
 
Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.
 
Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui la madera.
 
Atahualpa Yupanqui

jueves, 8 de agosto de 2013

el día que yo me muera

Siempre me llamó la atención que cuando un tamborero muere, otros tamboreros toquen en su entierro. Hasta donde yo sé, no sucede lo mismo con otros musicos.
Algo de religioso aún sobrevive en la practica profana de tocar tambores. Algo hay en ellos que nos permite vincularnos con lo trascendente; quizá lo sagrado sea la posibilidad de manipular el ritmo. Y si como dice la ciencia, todo en el universo se encuentra vibrando, quizá el ritmo en la musica no sea mas que la representación o recreación de ese otro ritmo mayor.
Ritmo hay en los atomos, en las orbitas de los planetas, la mareas, las células...ritmo hay en todo lo que empieza y termina, en lo que nace y muere y vuelve a nacer, ritmo es impermancencia, movimiento, flujo.

Mas tarde o mas temprano, nos guste o no, nos tocará irnos de este mundo.
Hermoso sería que suenen los tambores ese día...



El día que yo me muera
por dios no me manden flores
mandenme siete tambores repicando por la acera
que suene una cuerda entera
con dos repiques bien locos
llamando a blancos y congos
para que vengan por mi,
como al cielo nunca fui
si no me guían me equivoco.

Dicen que es calle empedrada
por las buenas intenciones
de aquellos que mil razones
tuvieron de no hacer nada.
Mi cuenta estará saldada
tuve lo que merecí
sí sufrí lo que sufrí
y goce lo que he gozado
me gané lo que he ganado
y perdí lo que perdí.

La tercera es la vencida
y bendita sea mi suerte
que la muerte no es la muerte
es otra forma de vida
por eso es que en mi partida
no quiero llanto ni flores
mandenme siete tambores
y llevenme a una fogata
lo que queda en una lata
y hasta mas vernos señores...

Cuando yo me muera no me manden flores
cuando yo me vaya de aquí planta una planta pensando en mi
así después que me veas partir, en el alma de las flores me verás venir

Cuando yo me muera no me manden flores
mandenme siete tambores repicando por la acera
porque sé que con tambores los dolores son menores...

"El día que yo me muera"
Roberto Darvin


viernes, 2 de agosto de 2013

interprete del devenir

El texo que sigue pertenece a Quío Binetti (coreógrafa, interprete danza butoh ) y Florencia Cima (directora e interprete danza-teatro; docente entrenamiento actoral) y lo tomé de http://www.luciernaga-clap.com.ar/articulosrevistas/18_improvisar.htm
¡buen provecho!
Improvisar es un movimiento continuo de Estados, un recorrido en forma de flujo donde explorar se torna vertiginoso, porque supone un juego de operaciones realizadas en el instante mismo.
En este juego intervienen el azar, la incertidumbre, el aburrimiento, la intuición, el error, la adaptación, etc. como factores constitutivos.
Es una tarea compleja pero a su vez liberadora, relacionada con la recuperación de un estado lúdico y creativo muy antiguo.

Improvisar requiere de una presencia total. Ser un animal al acecho. En el teatro Noh (teatro tradicional japonés ) existe una postura llamada " kamae" que se puede traducir como "estar en guardia. En esta posición aparentemente estática, el cuerpo inmóvil contiene una musculatura pronta a movilizar la máxima energía.
Esta es la actitud necesaria para partir hacia la improvisación .
Un cuerpo alerta, conectado, preciso para responder fluidamente a los estímulos, esta preparado para dar el salto al vacío, para asumir al instante. Este cuerpo extrañado, extra-cotidiano, desarrolla una inteligencia diferente, que no responde a los deseos personales sino a una fuerza mayor, ancestral.

"lo extra-cotidiano es un modo de acceso
a la existencia autentica"*

El interprete es atravesado por fuerzas que lo transforman, se condensan en el, lo "devienen".
Se recupera así la memoria de los huesos, el saber antiguo se presentiza aquí y ahora en el cuerpo.
Improvisar es asumir un riesgo, transitar un camino de preguntas, donde lo interesante no es hallar las respuestas, sino cuestionar constantemente.
Desde que lugar improvisar? como devenir en la improvisación? cómo reformular lo ya aprendido (técnicas , entrenamiento, experiencias)?que es estar presente?como apropiarse y reformular el nuevo material que aparece durante la improvisación? Es posible generar una estética de la improvisación? Que sucede con la voz? cómo mantener la improvisación viva a través de tiempo? existe la improvisación como espectáculo?.....

Improvisar provoca preguntas, instala la duda, cuestiona el material personal poniendo al interprete en abismo, desecha toda posible seguridad.
Pero hay que tener en cuenta que todo proceso autentico de construcción implica al mismo tiempo una demolición.
Desde esta demolición este silencio primero, este vacío positivo es que se parte sinceramente hacia la búsqueda de una poética singular del interprete.

"No quiero descubrir algo nuevo, sino algo olvidado"*

** Jerzy Grotowski
 
en pocos momentos de mi vida logro tener mayor conciencia del presente que cuando hago música...