jueves, 26 de enero de 2012

todos vuelven

hay viajes y viajes
algunos se sueñan largamente y se van cocinando despacio durante años
y no es una cuestión de distancias o duración
es cuestión de lo que te mueve ese viaje. Entonces el viaje se hace interno y eterno, porque no empieza con la partida ni termina con el regreso
porque es como el agua subterranea que aflora y se hace río
y vuelve a enterrarse

algo de nosotros se queda y algo se va en cada partida
y quedamos partidos
o mas enteros que nunca

hasta la vuelta...


Todos vuelven a la tierra en que nacieron; al embrujo
incomparable de su sol. Todos vuelven al rincón de
donde salieron: donde acaso floreció más de un amor.

Bajo el árbol solitario del pasado, cuántas veces nos
ponemos a soñar / todos vuelven, por la ruta del
recuerdo, pero el tiempo del amor no vuelve más.

El aire, que trae en sus manos la flor del pasado,
y su aroma de ayer, nos dice muy quedo al oído
su canto aprendido del atardecer; nos dice, con voz
misteriosa de cardo y de rosa, de luna y de miel,
que es santo el amor de la tierra, que es triste la
ausencia que deja el ayer.

Todos vuelven.
 
 
"todos vuelven" 
ruben blades 

viernes, 13 de enero de 2012

tambores de verano porteño

los viernes de enero a las 19 hs. haré encuentros para tamborear y percutir para provocar el encuentro desde la escucha, el juego y la conexión. Y si eso sucede el ensamble ocurrirá.
Los géneros que tocaremos serán un punto de partida (y de llegada) para encontrarnos en el compás y en el pulso de la música y del corazón.

Cada encuentro será unico y no hay necesidad de continuidad.
No es necesario venir con conocimientos previos, alzanza con el deseo de hacer musica con otrxs.
Solo les pido que si vienen me confirmen, por un tema de cantidad y espacio
abrazos
diego

www.diegocueto.blogspot.com
www.cajoneando.blogspot.com

enero 2012:
viernes de tambores de 19 a 21 hs.
frente a la estación Tronador del subte B
V.O. (villa ortuzar)
valor $ 50
 dudas o consultas: 156-716-3190
 

martes, 3 de enero de 2012

no a la demolición de la Casa Suiza

no estoy en Buenos Aires en estos días, pero ojala que lxs amigxs que esten puedan acercarse este viernes a la Casa Suiza. Abajo dejo el email de la gente de Misibamba contando los motivos.
Ojala que la participación ciudadana pueda frenar este tipo de agresiones en nombre del progreso, que parece implicar desconocer o demoler cualquier vinculo con el pasado. Ademas en este caso ese pasado nos habla de nuestra identidad mestiza. 
Que suene el Candombe porteño entonces! alli estaré en esos cueros a la distancia.



No a la demolición de la Casa Suiza. 

Patrimonio material e inmaterial de la Ciudad de Buenos Aires y de los afroargentinos del tronco colonial

Desde la Asociación Misibamba, Comunidad Afroargentina de Buenos Aires, deseamos impedir que desaparezca la Casa Suiza (Rodríguez Peña 254), pues en muy pocos días tendría lugar su demolición para construir un edificio de oficinas y cocheras. No lo permitiremos.

Con los vecinos del inmueble, quienes también quieren preservarlo, la Asociación Basta de Demoler y algunos funcionarios públicos, la Asociación Misibamba convoca a realizar una manifestación en la puerta de la entidad. Los tambores de nuestro ancestral candombe porteño tronarán por la defensa de la Casa Suiza.

Día y lugar de encuentro:
Viernes 6 de enero, día del Santo Rey Baltazar, patrono de los afroargentinos, a las 17 horas frente a Casa Suiza (Rodríguez Peña 254).

El valor histórico de la “Casa Suiza”

La Casa Suiza, propiedad de la Sociedad Filantrópica Suiza, fue fundada en 1861. Además de la prominencia de otros espectáculos, como el dúo Gardel-Razzano, Sandro, Metálica y Patricio Rey, desde fines de los ’20 hasta 1978 fue ininterrumpidamente alquilada por el Shimmy Club, una asociación de afroargentinos del tronco colonial fundada en 1882 por Alfredo Núñez para realizar sus bailes de carnaval, los cuales duraban 8 noches.

El Shimmy Club fue la institución afroporteña más emblemática del siglo XX y aún hoy es recuerdo vivo en todo afroporteño mayor de 40 años de edad. Además de actuar en el salón principal orquestas de tango, como la dirigida por los afropoteños Enrique Maciel y Tomás Santillán, actuaban grupos de jazz y de música tropical (según las épocas). Al mismo tiempo, en el subsuelo de la Casa Suiza funcionaba el bufé y tenía ocasión la práctica espontánea del candombe porteño y la rumba abierta (versión local de la rumba cubana) ya que cada familia tenía una mesa asignada y llevaba sus tambores. Sobre el cierre de cada noche de carnaval, todos salían en comparsa candombera por Rodríguez Peña hasta la Avenida Corrientes y, por ésta, hasta el Bar Ramos (esquina con Uruguay) cantando canciones como esta:

Miralá qué linda viene,
miralá qué linda va,
la comparsa de los negros
que se va y no vuelve más.

De este modo la Casa Suiza es uno de los últimos, sino el único, baluarte material e inmaterial de la ciudad vinculado a la cultura afroargentina del tronco colonial, grupo no sólo preexistente a la nación argentina sino presente desde la misma fundación de Buenos Aires. Paradójicamente los menos conocidos de nuestra identidad.


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