sábado, 23 de junio de 2012

razones

Dicen que "los tambores no se tocan sin razón"*  y aunque no la sepamos siempre hay una razón (o muchas) para tocar los tambores...como para todo lo que hacemos.
No me parece mala idea preguntarnos para que tocamos tambores, aun cuando no encontremos respuesta; algunos creen que cuando la pregunta es la correcta no necesita respuesta.

si un tambor es un instrumento, es un medio para alcanzar un fin: ¿es un fin la música? ¿es también un medio?
me inclino por pensar que es ambas cosas. A veces pienso que cuando la pensamos como un fin es cuando se transforma en un medio, porque solo desapegandose del resultado es posible obtener uno.

Muchos sentimos que los tambores nos llaman, nos convocan y hacen que nuestros fluidos se agiten y nuestros corazones galopen. Pero cuando tocamos los tambores colectivamente, ellos nos ligan, nos hacen sentir vivos y fuertes, nos ayudan a reconocer al otro y a conectar con nosotros mismos en un plano no intelectual  (con los 5 sentidos o mas)... y sobre todo logran que el YO se transforme en un NOSOTROS.

*Tzirawa ngumba: Los tambores no se tocan sin razón (proverbio Ganda, Rep. de Ruanda) citado por Luis Ferreira en "Los tambores del candombe" 



"Hubo un tiempo en que Orúnla, el mas viejo y poderoso de los Orichas, era el único que tenía la virtud de saber bailar y era "el amo del tambor", por lo cual Changó, dios de la virilidad, lo envidiaba a tal punto que hizo un pacto con Orúnla. Éste le cedió al joven Changó el tambor y el don del baile y este le pasó en cambio al viejo el tablero de Ifá, o sea el don de poder adivinar todo lo oculto del pasado, presente y futuro. Trueque del poder de la música, de la euforia vital y sociable, por el poder de la sabiduría o sea de la historia, el discernimiento y la previsión. A La juventud la fuerza del tambor, a la vejez la letra de la experiencia."
Fernando Ortíz, de "Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba"

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