sábado, 29 de enero de 2011

QOM

Hace una semana estuve tocando como integrante de "los tambores no callan" en el campamento de los Qom. Quedé conmovido por lo desigual de su lucha...enfrentan a grandes (y pesados) poderes provinciales en sintonía con el poder nacional. Por la postura del gobierno nacional al día de hoy, se interpreta que hay una alianza que no se quiere romper...
De fondo está el problema del avance de la frontera sojera y la "necesidad" de expulsar a cualquier "cosa" que les impida la mayor rentabilidad a la tierra, expulsando a los antiguos habitantes hacia las villas de los las grandes ciudades.

En el medio de la 9 de julio se alza el campamento, en donde algunos representantes esperan que alguien los reciba para poder resolver al menos el tema de los 80 DNI que le quemó la policía.

Muy pocas voces se han alzado frente a tamaña injuticia. Por suerte, el gran Osvaldo Bayer nunca deja de ver lo importamte en medio de lo urgente. Les dejo aqui parte de la contratapa de Pagina 12 ( http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-161387-2011-01-29.html)

Felix (de camisa celeste) nos cuenta sobre el reclamo de su comunidad durante la convocatoria de los tambores no callan. (foto tomada de http://www.facebook.com/#!/profile.php?id=100000099822192)

Otro de los problemas argentinos que hay que resolver con dignidad y grandeza es el que se ha suscitado con los Qom –los tobas– de La Primavera. Son problemas que no se pueden pasar por alto. Aunque tal vez resulten difíciles no hay que rehuirles y encontrar la solución. Y con esto no me refiero en particular a ningún partido político ya que todos tienen que unirse en este aspecto. Hay que respetar –como principio fundamental– las tierras de las comunidades indígenas. O en caso de fuerza mayor, por necesidades sociales, procurar que esas comunidades reciban en cambio tierras del mismo valor y superficie. No podemos continuar con el sistema del garrote, la bala, o el desalojo por la fuerza. Lo único que vale aquí es el diálogo, la solución por encima de todo como filosofía política para este tema. Estamos en Latinoamérica, somos latinoamericanos. Lo dice el porcentaje mestizo de nuestra población, mayoría notable según los últimos estudios antropológicos. Entonces, manejarnos con respeto hacia esas culturas no es otra cosa que reconocer sus derechos a la existencia y a sus formas de vida. No a la separación, el aislamiento, el trato a las llamadas “minorías” como si ellos fueran los que invadieron “nuestra tierra”. No poner como máxima cláusula de la filosofía de la vida el título de propiedad sino el diálogo y el estudio del derecho a la vida en un lugar donde se ha habitado desde hace incontables generaciones. Hasta me permitiría sugerir que el tema de la tierra donde están asentados los pueblos originarios sea tratado por un consejo de sabios, instruidos en la historia, la ética, el derecho a la existencia y la diversidad cultural. Y no sujeto al comprador que ofrece dólares y ni siquiera conoce la región.

Los Qom desalojados están en el centro de nuestra ciudad, allí en la 9 de Julio y Avenida de Mayo. Los conozco. Desde estas distancias invito a todos los argentinos a que vayan a conversar con ellos. Encontrarán algo nuevo en ese diálogo. Otra cultura, nada violenta, como ha escrito el historiador Marcelo Valko después de visitarlos: “Los Qom de La Primavera, en la carpa que instalaron en la Avenida de Mayo y la 9 de Julio hablan de la Luna, de la mandioca, de recetas medicinales en base a plantas. No quieren estar en Buenos Aires y les molestan los autos ‘que no paran nunca’. Les molesta el ruido, desean regresar a su tierra”.

Los demás pueblos originarios están mostrando su solidaridad con los Qom. Llegan ya los wichís, y continuarán llegando al corazón de Buenos Aires pueblos originarios de todas partes del país, que van a ver por primera vez en lugar de bosques, bloques de cemento, y en lugar de escuchar trinos de mil aves distintas, el ruido de motores.

No les quitemos las tierras donde han vivido desde hace miles de años. Dialogar con ellos. Ellos también tienen derecho a vivir de acuerdo a cómo interpretan el equilibrio que debe tener la naturaleza. Los que traemos los principios de la llamada civilización europea no hemos dado un gran ejemplo. Los problemas no se solucionan ni con la represión ni con la bomba atómica ni con un millón de dólares sobre la mesa.

Osvaldo Bayer

ver nota completa en http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-161387-2011-01-29.html


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