lunes, 8 de septiembre de 2008


Hace rato que me viene dando vueltas la idea de trabajar en la enseñanza de la percusión (sobre todos a los que se inician) desde rítmicas que uno ya trae...y eso nos lleva a pensar en que ritmos tenemos incorporados quienes nacemos en esta parte del mundo. Tendemos a pensarnos (los argentinos) como un pueblo poco musical y sobre todo poco rítmico...pero ni bien pensamos un poco sobre esto nos damos cuenta que es un prejuicio, basado en algunas verdades. Es verdad que somos (en lineas muy generales) un pueblo reprimido en corporal. No se si hace falta decir que hemos sufrido largas dictaduras, que no solo han reprimido el pensamiento y la acción, si no que también "desalentaron" cualquier manifestación de expresión popular (recordemos que hasta se trato de evitar el inocente acto de tirar papelitos en los partidos del mundial 78).
Pero a pesar de eso, de lo mas profundo de este pueblo han surgido géneros musicales cuyos ritmos aun permanecen en el saber colectivo...aunque la mayoría no sepa que lo sabe.
Considero que hay tres ritmos que están en el inconsciente colectivo: el ritmo de murga (el del bombo con platillo), el de milonga y el de chacarera (llamemosle arbitrariamente así a toda esa familia de ritmos de sonoridad similar: chacarera, gatos, malambo, bailecito, etc).
A partir de estos ritmos podemos abordar infinidad de otros géneros latinoamericanos.
Que bueno sería de a poco ir recuperando ese acervo cultural, que de eso se trata también resignificar lo afro, para encontrarnos y reconocernos.

(Foto tomada el sábado pasado en el Teatro Municipal de Bahía Blanca, durante el taller de percusión, entre milonga y chacareras)

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